sábado, 12 de abril de 2008

El Rey de los Sapos


Me llamo Juan, dijo, soy biólogo, 24 años estudio mi maestría, me especializo en la biología ecológica, por ahora en la reproducción de las ranas y me gusta escribir, fue suficiente para pensar que podríamos tener una amistad al menos agradable, y como el dijo ser amante de los sapos, y con lo que me fascina besar ranas, decidimos salir y conocernos.

Venia desde Veracruz, a arreglar unos tramites de su titulo o tesis no recuerdo bien y quedamos en salir por la mañana un jueves, mas por conflictos de esta compañía de telefonía celular de la que todo México es territorio, no recibí sus mensajes a tiempo y no me presente, así que lo pospusimos para el viernes.

El tiempo que había charlado con el antes de conocernos, había descubierto su tendencia a irritarse y perder fácilmente el control, y lo que es peor a desquitarse con los demás, pero pensé que podría lidiar con eso, incluso tolere sus groserías y sus comentarios desagradables sobre mis fotos, dándole el beneficio de la duda, pensando para mi que seguro eran malas bromas suyas y no sabía cuando detenerse.

Al fin el viernes espere en el metro a que llegara y por cierto llego tarde, pero al menos tuvo la decencia de avisarme que llegaría tarde, cuando recién nos vimos lo primero que le pregunte fue ¿A donde vamos? (esperando que me dijera a almorzar, por un café, a caminar, pero NO) a un cyber me dijo me urge llegar a uno.

Llegamos al cyber espere pacientemente a que hiciera todas las correcciones de sus escritos y cuando por fin termino de imprimirlos, me dijo ahora solo nos falta encontrar un lugar para sacar copias y engargolar esto, esta bien pensé es importante para su beca ya después platicaremos o tomaremos un café.


Cuando encontramos su papelería y saco sus copias estas salieron mal así que fuimos a otro lugar y al llegar se dio cuenta de que había perdido su Ife, entonces fue cuando el Rey sapo se apodero de el, yo entendí que perder tu Ife en si ya es frustrante lo sería mas cuando era necesario para entregar sus documentos ese día, pues el necesitaba una copia de una identificación oficial, lo note molesto y frustrado así que le ofrecí caminar de regreso a todos lados donde habíamos estado para ver si la encontrábamos, mas no apareció.

Sin Ife, no iríamos a entregar sus documentos, entonces tomo un respiro, y aproveche para proponerle algo, como usualmente hago con mis amigos cuando les pasa algo frustrante le pregunte: ¿Que se te antoja hacer? Tirarme en el pasto me respondió, me pareció agradable la idea, pues estaba algo cansado de caminar así fuimos a buscar su pasto pero no lo encontramos y decidimos ir a comprar chocolate. Para cuando pudimos comprar el chocolate, ya se había hecho tiempo de ir con una amiga de el con quien había quedado de comer, el me invito acepte.

Todo el tiempo el tipo caminaba rápido como si fuese solo o tuviese prisa, a mi me molesta por demás eso, cuando yo camino mas rápido que alguien me adapto a su paso y no espero que se adapten al mío, grave error no puedes esperar que la gente conozca la cortesía y la aplique, hay tanto patán que ni siquiera por ser la primera vez que conoce a alguien muestra algo de respeto, creo que el respeto es algo que el chico jamás conocerá.

Camino a donde nos encontraríamos con su amiga tomamos el metro y no se como fue que de pronto me dijo aquí bajamos, en una estación llamada Eugenia donde había apenas un par de almas, y se sentó, que raro pensé; que se le metió a este wey, entonces me mira y me dice, tengo que decirte algo improtante: "Siento que no eres tu mismo", yo no acababa de entender a que se refería, decía que mis gestos y mi forma de expresarme le hacían pensar que estaba ocultando o pretendiendo, no podía creer lo que dijo, y después como si no hubiese sido suficiente decidió decorar su pastel de vomito verbal con una cereza podrida, dijo el comentario mas estupido de todos, “Es que eres abogado”, y siento que estamos en frecuencias diferentes.

¡QUE PENDEJO! pensé, me acaba de poner una etiqueta, y todo por que sus estupidos prejuicios, le impiden ver a las personas como son, y como puede decir que estamos en frecuencias diferentes solo por sus percepciones equivocas de mi no puede darse cuenta de nada estando si lo único que hace es analizarme y encasillarme.

Me quede callado por unos minutos y unas cuantas estaciones de metro hasta que llegamos a dónde debíamos bajar, entonces le dije lo que pensaba, que era un prejuicioso, y que si eso le impedía ver lo que había en mi pues era una lastima, por que por sus inseguridades y frustraciones nunca reconocería algo bueno aunque lo tuviera enfrente, “Me pusiste una etiqueta sin conocerme bien y esta cabron quitarse algo así, es mas no se si quiero hacerlo” le dije, tienes razón, me respondió, me dijo que por eso no se había marchado por que si quería conocerme más, (Me pregunte entonces: pendejo ¿para que dijiste lo que dijiste , por que me etiquetaste si pensabas conocerme más?) .

Acepte su intento de disculpa, por que creo en las segundas oportunidades, fuimos a comprar un libro para su primo, y después esperamos entre confusiones como una hora a su amiga y por fin comimos, su amiga llego con José un tipo de 27 casado, biólogo también que resulto ser muy agradable, creo que en las tres horas que pasamos juntos los cuatro me me entendí mas y platique mas abierta y profundamente con José que lo que hice o llegaría a hacer con este anfibio en lo largo de todo el día, o de todas nuestras vidas.

No es que yo fuese abogado, no es que el fuese biólogo, no es que nos apasionara escribir a los dos, es que el tenía demasiadas frustraciones para darse cuenta que vibrábamos en la misma frecuencia, fue que sus prejuicios tontos, le impidieron notar todo lo demás que yo vi, fue el mismo quien se impidió notar que podríamos tener algo increíble.

No hay mas tonto que aquel que cree que sabe todo y que conoce a todos, no hay mas ingenuo y absurdo que aquel que pone una etiqueta en alguien, pues nadie realmente llega a conocer a nadie del todo, por que somos seres cambiantes, alguien debería enseñarle a ese tipo algo de esto, pero no iba a ser yo, para mi el era un caso que no me interesaba salvar.

Cuando termine mi segunda cerveza y después de escucharle hablar con su amiga de mi, entendí que me subestimaba, y que era estupido seguir ahí, le había dado una segunda oportunidad de conocerme y el pobre tonto no pudo ni siquiera tomarla, seguía carcomiéndose en sus traumas del pasado, dejando que sus frustraciones nublaran su juicio, era eso un fantasma que estaba encadenado arrastrando mas fantasmas del pasado, alguien que de seguir así no llegaría a poder ni entregarse por completo a nada ni a poder tener una relación con una persona que no tuviera que tolerarle todo el tiempo sus desplantes inmaduros, por no conocerse y no saber controlar sus emociones, sus miedos, sus prejuicios, su ira.

Y como ya lo he dicho antes, si no quiero a un pendejo en mi vida, menos quiero que el rey de los sapos sea parte de ella.

3 comentarios:

Lagartija dijo...

pues ni aunque fuera el mismisimo rey Midas con esa bola de prejuicios y diarrea mental no es mas k un un simple ser terrenal, a la mierda con esos tipos...

saludos

ciao

Sakura dijo...

Ese es un pendejo mas que hay que dejar pasar! NO vale la pena salir con alguien que desconfia de quien eres. No te preocupes estoy segura q este tipo terminara con otro prejuicioso, tal para cual.

gfiglsdfdfsdfsdf dijo...

gracias
el tuyo tambien.